El síndrome del pato de Stanford, el síndrome del soñador y el síndrome del explorador.

Los síndromes de los empresarios del siglo XXI

Todos tenemos habilidades únicas, que como empresarios nos ayudan a contribuir a nuestra sociedad, pero también hay que decir que a veces nuestro talento se nos puede ir de las manos y resultar en síndromes que pueden dificultarnos el trabajo, como el síndrome del pato de Stanford, el síndrome del explorador o el síndrome del soñador de los que quiero hablarte hoy.

¿Por qué sucede esto? A veces esto pasa porque tendemos a creer que no tenemos suficiente talento o porque no queremos quedarnos encasillados en un único lugar y seguir creciendo.

Síndrome del pato de Stanford

  • Me gustaría, emprender proyectos nuevos…
  • Pero, ¿Y si no sale bien?, ¿Y si fracaso?…
  • Suelo conseguir lo que me propongo gracias a mi duro trabajo y talento, pero… Y si…
  • Mejor lo dejo, creo que no va a funcionar.

¿Te suena? Si esto es lo que te ronda la cabeza cada vez que quieres emprender un proyecto o plantearte una idea nueva, quizás sufras el “Síndrome del pato de Stanford”.  Si el miedo de “no estar a la altura”, de defraudarte, de fracasar te paraliza a la hora de emprender proyectos nuevos te interesa leer a fondo este post.

No soy médico, pero tus síntomas me suenan al síndrome del pato de Stanford…

Cómo evitar el síndrome del pato de Stanford

  1. Acepta que eres imperfecto. Todos nos equivocamos, cometemos errores. Todos somos imperfectos. Y no pasa nada, no por eso fracasamos y dejamos de valer como profesionales. Tienes que aceptar que unas veces tendrás éxito y otras no tanto y es algo que les pasa a todos y no pasa nada, la próxima vez mejorarás.
  2. Saborea tus victorias. Es imposible estar motivado si te amargas con aquellas cosas que no te han salido bien. Disfruta de tus éxitos y saborea tus victorias, céntrate en lo que sí que has conseguido, en lugar de en lo que has fallado.
  3. Haz una lista de tus victorias. Coje una hoja y escribe en ella todas tus victorias, te ayudará a ponerte en perspectiva y ver hasta donde has llegado.

Al final centrarte en lo malo y no ser capaz de ver todo lo bueno que si que te ha pasado y has conseguido frenará tus progresos. Nadie consigue todo a la primera y es lo más normal del mundo. Así que párate a pensar en lo que te he comentado arriba y verás que poniéndote en perspectiva la frustración y la sensación de no estar a la altura pierden algo de peso.

Aunque hay casos que son todo lo contrario y que abarcan tanto que al final terminan en nada, hablo del síndrome del soñador, sigue leyendo.

El síndrome del explorador

De mayor seré atleta, me gusta correr, saltar, bailar… Aunque también me gusta mucho viajar y explorar, quizás podría ser un arqueólogo… Aunque también me gusta pintar y escribir, quizás artista… Aunque, aunque, aunque…

“El que mucho abarca poco aprieta”, todo a la vez no puede ser…  si no puedes quedarte quieto y siempre estás cambiando de dirección es posible que padezcas el síndrome del explorador.

¿Qué es el síndrome del explorador?

El síndrome del explorador nace de nuestra curiosidad, de la inquietud de aprender cosas nuevas… Parece una buena cualidad ¿Verdad?

El miedo a que te etiqueten en una categoría concreta te impulsa a seguir aprendiendo. El síndrome del explorador es típico de aquellas personas que no quieren que las categoricen por lo que continuamente se proponen metas nuevas. 

El simple hecho de explorar algo nuevo hace que se te erice el pelo y te lances sin mirar atrás a ello y de lo contrario el hecho de pensar en dedicarte a lo que ya conoces hace que te aburras y te desmotivas.

Cómo evitar el síndrome del explorador

  1. Acepta tus etiquetas. No es malo definirte como “X”, es más te ayuda a conseguir oportunidades laborales nuevas y que te conozcan por algo en concreto. Si te dedicas a todo a la vez, nadie te verá como un profesional o un especialista en algo.
  2. Busca lo que tienen en común todas las actividades que te gustan. Siempre hay algo que todas tienen en común. En el ejemplo del principio todas son activas y creativas, el análisis y la observación son lo contrario a tus intereses. A partir de ahí encontrarás los límites de lo que realmente te interesa.
  3. Escribe tus miedos en una hoja. Esto te ayudará a ver las consecuencias reales de las cosas y no aquellas que te imaginas en tu cabeza, al final verás que no es para tanto.

Y vamos con el último de los tres síndromes de los empresarios del s.XXI de los que quiero hablarte.

El síndrome del soñador

“Si me hubieran dicho hace 10 años que me dedicaría  lo que me dedico no me lo creería…

Entonces… no entiendo porque a día de hoy no me siento lleno y no estoy encantado… ¿Qué es lo que me pasa?”

Esta conversación huele a síndrome de soñador. 

¿Síndrome del soñador?, ¿Qué es eso?

El síndrome del soñador nace de la constante búsqueda de lo ideal, de la perfección. Es como un reto de constante mejora. Pero su lado negativo es que puede llevarte por el camino de la amargura, a la insatisfacción, a huir de tu realidad.

Ocurre cuando tus sueños parecen perfectos hasta el momento en el que los materializas y te das cuenta de que lo que te imaginabas en tu cabeza es mucho mejor que la cruda realidad, te sientes vacío, desesperado e imperfecto.

Cómo evitar el síndrome del soñador

  1. Empieza haciendo lo que puedas, con lo que tengas. ¿Qué puedes hacer con los recursos que dispones en este momento y las oportunidades que tienes? Sé realista, evitarás sorpresas innecesarias.
  2. Disfruta del momento. Disfruta de los buenos momentos y valora los malos te ayudarán a ponerte en perspectiva y valorar mejor tus éxitos.
  3. Las cosas en perspectiva ante todo. Coje una hoja y escribe en ella tus deseos y a continuación escribe acciones reales que puedan ayudarte a cumplirlos.

Todos tenemos un don o un talento (a veces oculto) que hace que destaquemos en algo. Puede ser organizar, comunicarte, planificar, vender, analizar, pintar… lo que tenemos que hacer es aplicarlas en nuestro contexto para evitar caer en estos tres síndromes. Si lo necesitas, puedes solicitar una consultoría estratégica gratuita conmigo y hablamos acerca de ello.

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